La Restauración de la Civilización Cristiana y la Hispanidad como Proyecto Integral

Opinión

Introducción: 

Planteamiento del Problema

La civilización cristiana, cimentada en los valores trascendentes de la fe católica, ha experimentado una profunda desintegración como consecuencia del avance del modernismo, el relativismo moral y la secularización de las instituciones. Este proceso ha fragmentado no solo los fundamentos de la sociedad cristiana, sino también la unidad cultural y política de las naciones hispánicas, que alguna vez estuvieron unidas bajo la guía de la Monarquía Católica. Frente a esta crisis, se plantea la urgente necesidad de una restauración integral de la civilización cristiana y de un replanteamiento del modelo político, social y cultural basado en los principios de la Hispanidad.

Esta tesis busca demostrar que la restauración de una civilización cristiana es posible y deseable mediante la aplicación de un marco escolástico que permita analizar las causas de la crisis actual, formular principios universales y establecer un modelo viable de unidad basado en la Monarquía Católica Federativa.



Parte I: Diagnóstico de la Crisis Civilizatoria

1. La Fragmentación de la Hispanidad

Premisa Mayor: La Hispanidad fue concebida como un proyecto de integración cultural, espiritual y política bajo los principios del catolicismo.
Premisa Menor: El modernismo ha promovido ideologías y sistemas políticos que desintegraron este modelo.
Conclusión: La Hispanidad, en su estado actual, se encuentra fragmentada, pero sus fundamentos permiten plantear su restauración.

Demostración:

  • Históricamente, la Monarquía Católica integró regiones diversas bajo un marco común que respetaba las particularidades locales mientras mantenía la unidad en la fe.
  • La independencia de las naciones hispanoamericanas, aunque legítima en su origen, llevó a la fragmentación política y cultural, exacerbada por el avance del secularismo.
  • El modernismo introdujo corrientes ideológicas como el relativismo y el individualismo, que minaron la cohesión social y despojaron a las naciones de una identidad compartida.

2. El Modernismo como Raíz de la Crisis

Premisa Mayor: El modernismo, al negar la trascendencia y la objetividad de la verdad, contradice los fundamentos de la civilización cristiana.
Premisa Menor: Las ideologías modernas, como el marxismo cultural, el neoliberalismo y la teoría de género, se basan en principios modernistas.
Conclusión: El modernismo es incompatible con una visión cristiana de la sociedad.

Demostración:

  • Epistemológicamente, el modernismo rechaza la verdad objetiva, lo que fomenta el relativismo moral y la fragmentación cultural.
  • Ontológicamente, el modernismo niega la naturaleza trascendente del ser humano, reduciéndolo a una entidad puramente material o subjetiva.
  • Filosóficamente, promueve el utilitarismo y el hedonismo, erosionando los valores que sustentan el bien común.

Parte II: Principios Escolásticos para la Restauración

1. El Fundamento Metafísico: La Ordenación al Bien Último

Premisa Mayor: Todo ser tiene un fin último que corresponde a su naturaleza.
Premisa Menor: El fin último del ser humano es la glorificación de Dios y la salvación de su alma.
Conclusión: Una sociedad justa debe estar ordenada hacia el bien último del hombre.

Demostración:

  • Según Santo Tomás de Aquino, "el bien común de la sociedad temporal debe subordinarse al bien último, que es Dios" (Summa Theologiae, I-II, q. 90, a. 2).
  • Las estructuras sociales y políticas deben reflejar esta jerarquía, promoviendo la virtud y evitando el pecado.
  • La familia, la educación y las instituciones culturales deben ser instrumentos para guiar al hombre hacia su fin trascendente.

2. El Principio de Subsidiariedad

Premisa Mayor: La autoridad superior debe intervenir solo cuando la autoridad inferior no puede cumplir con sus funciones.
Premisa Menor: La subsidiariedad permite una jerarquía ordenada que respeta la autonomía local.
Conclusión: La subsidiariedad es esencial para una sociedad cristiana bien estructurada.

Demostración:

  • La Monarquía Católica Federativa, inspirada en el modelo de los Reyes Católicos, respetó las particularidades de cada región mientras garantizaba la unidad en los principios fundamentales.
  • Este modelo permite que las naciones hispánicas mantengan su identidad cultural y política al tiempo que cooperan bajo un marco común orientado al bien común.

Parte III: Propuesta de Restauración

1. La Familia como Pilar Fundamental

Premisa Mayor: La familia es la célula básica de la sociedad y la "iglesia doméstica".
Premisa Menor: El fortalecimiento de la familia es clave para la restauración de la civilización cristiana.
Conclusión: Las políticas públicas y pastorales deben centrarse en la protección y promoción de la familia.

Estrategias:

  • Fomentar la estabilidad matrimonial mediante la promoción de valores cristianos.
  • Proteger la vida desde la concepción mediante leyes que defiendan la dignidad humana.
  • Dotar a las familias de recursos espirituales y materiales para resistir las influencias del relativismo.

2. La Educación como Instrumento de Verdad

Premisa Mayor: La educación debe transmitir la verdad objetiva y formar ciudadanos virtuosos.
Premisa Menor: La educación moderna ha abandonado esta misión al adoptar ideologías relativistas.
Conclusión: Es necesario revitalizar la educación cristiana.

Estrategias:

  • Reincorporar la religión y la moral en los currículos educativos.
  • Desmontar narrativas falsas como la Leyenda Negra mediante una enseñanza basada en la verdad histórica.
  • Crear espacios educativos que promuevan la integración cultural y espiritual.

3. La Cultura como Expresión de Identidad

Premisa Mayor: La cultura refleja los valores y creencias de una sociedad.
Premisa Menor: La desintegración cultural es un síntoma de la crisis moral y espiritual.
Conclusión: La cultura cristiana debe ser revitalizada como expresión de unidad e identidad.

Estrategias:

  • Recuperar las tradiciones religiosas como las fiestas litúrgicas y las expresiones artísticas sacras.
  • Promover el español como lengua vehicular de la unidad hispánica, respetando las lenguas indígenas como elementos enriquecedores.
  • Fomentar la música, el arte y la arquitectura como herramientas de evangelización y cohesión social.

¿Por qué un bisexual, homosexual o transexual debería apoyar la restauración del orden social cristiano?

La pregunta plantea un desafío legítimo y profundo en un contexto donde la restauración del orden social cristiano puede percibirse, erróneamente, como incompatible con las realidades personales de quienes se identifican como parte de la comunidad LGBT+. Sin embargo, cuando se analiza desde una perspectiva escolástica y teológica, se evidencia que el orden social cristiano no solo respeta la dignidad inherente de cada persona, sino que también ofrece una visión de vida orientada hacia el bien común, la justicia y la salvación eterna, evitando los excesos punitivos que otras cosmovisiones han impuesto históricamente.

1. Reconocimiento de la Dignidad Intrínseca de la Persona

El fundamento teológico: el ser humano como imagen de Dios

El cristianismo enseña que cada persona, independientemente de su orientación o identidad sexual, es creada a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27). Este reconocimiento implica una dignidad intrínseca que trasciende cualquier circunstancia particular de su vida. A diferencia de otras tradiciones religiosas o ideologías que han perseguido o incluso eliminado a individuos basándose en sus inclinaciones personales, el cristianismo distingue entre el pecado y el pecador. Esta distinción permite condenar el acto sin negar la dignidad de la persona.

La diferencia con otras cosmovisiones

  • Judaísmo tradicional e Islam: En estas tradiciones, los actos de sodomía son castigados con severidad, incluso con la pena de muerte, en tanto que se consideran una transgresión absoluta de la ley divina.
  • Materialismo moderno: Por otro lado, las corrientes materialistas, al negar el carácter trascendente del ser humano, ven a las personas únicamente como producto de sus deseos o circunstancias, reduciendo su dignidad al plano utilitario o biológico.

En contraste, el cristianismo, especialmente en el marco de un orden social restaurado, reconoce que todos son pecadores y necesitan la gracia redentora de Dios (Romanos 3:23). Por tanto, la restauración del orden cristiano no busca la persecución, sino la orientación hacia el bien común, la reconciliación y la salvación.

2. Tolerancia Cristiana: Un Marco de Prudencia y Caridad

La tolerancia como acto de prudencia

Santo Tomás de Aquino define la tolerancia como un acto de prudencia que permite ciertos males menores para evitar males mayores (Summa Theologiae, II-II, q. 10, a. 11). En el contexto de una sociedad cristiana restaurada:

  • La existencia de personas con inclinaciones homosexuales o transexuales sería reconocida, sin legitimarse ni promoverse actos contrarios al orden natural.
  • El Estado cristiano no perseguiría a estas personas, sino que promovería su dignidad como seres humanos, ofreciendo espacios para la integración social y espiritual.

Distinción entre aceptación y respeto

La posición cristiana no implica la aprobación de actos considerados moralmente desordenados según la doctrina, pero tampoco fomenta la violencia ni el desprecio hacia las personas. Esto contrasta con la visión punitiva de otras tradiciones religiosas o la indiferencia relativista de las ideologías modernas.

3. El Bien Común y la Inclusión de Todos en un Orden Justo

Participación en un sistema basado en el bien común

Un bisexual, homosexual o transexual tiene razones para apoyar un orden social cristiano porque:

  • Protección de la dignidad: El cristianismo ofrece un marco donde todas las personas son valoradas como hijos de Dios, lo que implica la protección contra abusos o desprecios que otras ideologías o sistemas pueden tolerar o promover.
  • Evitar el caos social: La moral cristiana, al promover el respeto al orden natural y la virtud, protege a la sociedad del relativismo y el desorden que terminan afectando a todos, incluyendo a las minorías sexuales.

Espacio para la reconciliación y el sentido trascendente

El orden social cristiano reconoce que cada persona tiene un camino personal hacia Dios. Este marco no solo respeta la libertad interior de las personas para buscar la verdad, sino que también ofrece caminos para reconciliar la vida personal con el propósito eterno de glorificar a Dios.

4. Perspectiva Histórica: El Ejemplo de la Iglesia en la Historia

La Iglesia y los pecadores

A lo largo de la historia, la Iglesia ha sabido manejar con prudencia los casos de líderes o figuras públicas que, aunque pecadores, no intentaron justificar sus actos como moralmente correctos. Ejemplos como los Papas Julio II, Julio III y León X, aunque reconocidos por sus debilidades personales, nunca se atrevieron a negar que sus acciones eran pecado. Esta distinción entre inmoralidad personal y herejía doctrinal es clave para comprender el enfoque cristiano.

El modelo cristiano frente a la persecución

  • Judaísmo e Islam: Estas tradiciones han impuesto penas de muerte y exilios a personas con inclinaciones homosexuales.
  • Cristianismo: Aunque históricamente ha habido excesos en ciertos periodos, el cristianismo propone la conversión y la reconciliación antes que la persecución, destacando siempre la misericordia de Dios.

5. Razones Concretas para Apoyar el Orden Social Cristiano

  1. Evitar la radicalización ideológica: Frente al secularismo que reduce a las personas a etiquetas y deseos, el cristianismo les recuerda que son mucho más que su inclinación sexual o identidad de género.

  2. Un marco de derechos auténtico: El orden social cristiano garantiza derechos básicos y fundamentales para todos los ciudadanos, incluyendo la libertad religiosa, la protección contra la violencia y el acceso a medios para el desarrollo humano integral.

  3. Una alternativa al caos cultural: En un mundo donde las ideologías modernas fomentan divisiones y relativismo, el cristianismo ofrece una visión coherente y ordenada que permite la convivencia sin sacrificar la verdad.

Un Llamado a Todos

El orden social cristiano, lejos de ser un sistema opresivo, se basa en el respeto por la dignidad humana, la búsqueda del bien común y el propósito trascendente del ser humano. En lugar de perseguir o excluir, ofrece caminos para la integración, la reconciliación y la realización personal bajo los principios de la fe y la moral.

Un bisexual, homosexual o transexual puede encontrar en este sistema no solo tolerancia, sino también una invitación a participar en una sociedad donde todos, independientemente de sus circunstancias, son llamados a vivir en la verdad y a buscar la plenitud en Dios. El orden social cristiano, por tanto, no es un enemigo, sino un marco que, a través de la prudencia y la caridad, busca el bienestar de todos.

Conclusión: Hacia una Nueva Civilización Cristiana

La restauración de la civilización cristiana y de la Hispanidad como proyecto integral no es un mero anhelo idealista, sino una respuesta necesaria a la crisis espiritual, moral y cultural del mundo moderno. Utilizando la metodología escolástica, hemos demostrado que es posible reconstruir una sociedad ordenada al bien común y al bien último del hombre.

La Monarquía Católica Federativa, inspirada en el legado de los Reyes Católicos, ofrece un modelo político y cultural capaz de integrar la diversidad bajo una identidad compartida, respetando las autonomías locales mientras promueve la unidad en los valores cristianos. Este modelo combina principios universales con adaptaciones locales, proporcionando una solución práctica y trascendente a los desafíos actuales.

Finalmente, la Iglesia, como guía espiritual y cultural, tiene un papel indispensable en este proceso. Con la familia como núcleo, la educación como base de la verdad, y la cultura como expresión de identidad, la Hispanidad puede convertirse nuevamente en un faro de luz y esperanza para el mundo. Solo así, con una visión clara y una acción decidida, podremos glorificar a Dios y alcanzar la salvación de las almas en una civilización renovada. "Todo lo puedo en aquel que me fortalece" (Filipenses 4, 13).

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