El Abuso del Sistema de Salud en las Guardias Médicas

 Un Problema Silenciado

El sistema de salud en Ecuador, como en muchos países, enfrenta una serie de problemas estructurales que afectan tanto a los profesionales como a los pacientes. Entre los múltiples desafíos que atraviesa el personal médico, uno de los más serios es la sobrecarga laboral durante las guardias, en particular aquellas nocturnas. En muchas instituciones de salud, los médicos que cumplen turnos de 24 horas o más, se ven forzados a cumplir jornadas extenuantes bajo condiciones que no solo afectan su salud física y mental, sino también la calidad del servicio que prestan.

El problema radica en la gestión inadecuada de los turnos de descanso. Aunque teóricamente a los médicos se les asigna un tiempo de reposo de 3 a 4 horas, especialmente en las madrugadas, la realidad es que este descanso rara vez se respeta. Las áreas de emergencia o de cuidados críticos, como las unidades de terapia intensiva, tienden a tener menos personal disponible, lo que genera que todos los médicos continúen ocupados hasta altas horas de la noche o incluso toda la guardia. En ocasiones, si los médicos logran ir a descansar, permanecen cerca de sus áreas de trabajo, listas para responder a cualquier emergencia que pueda surgir, dado que su presencia es vital.

Lo alarmante en este escenario es que, a pesar de estos esfuerzos por parte del personal médico, muchos son objeto de sanciones o despidos injustificados por haber sido encontrados descansando en su tiempo asignado. Estos descansos no solo son necesarios, sino que están contemplados en las normativas laborales, especialmente durante guardias extensas. Sin embargo, ciertas autoridades hospitalarias, en un uso arbitrario del poder, han aprovechado estas situaciones para justificar despidos, terminando contratos ocasionales sin justificación real. Estos despidos suelen venir acompañados de la contratación de nuevos médicos, muchas veces recomendados por las autoridades mismas, lo que apunta a prácticas poco transparentes y a la precarización del empleo en el sector salud.

Ante esta situación, es urgente que se tomen medidas para proteger los derechos de los médicos y garantizar que las jornadas laborales, especialmente en áreas críticas como las unidades de cuidados intensivos, se gestionen de manera justa y humana. Es esencial que los descansos no sean solo una concesión teórica, sino una realidad respetada. Además, el abuso de poder y las prácticas arbitrarias de despido deben ser investigadas y sancionadas.

¿Qué se puede hacer para evitar estos abusos?

Exigir la implementación de normativas laborales claras: La Ley Orgánica de Carrera Sanitaria establece un límite de 120 horas mensuales para áreas críticas, lo que indica que cualquier exceso debe ser denunciado. Los médicos deben estar organizados y hacer cumplir esta normativa, exigiendo la emisión de los reglamentos que estipulen claramente los tiempos de descanso y la protección ante abusos.

Promover la transparencia en las contrataciones: Los procesos de contratación y despido en el sector salud deben ser transparentes y basarse en méritos, no en relaciones o recomendaciones. Es fundamental que las instituciones de salud implementen políticas que prevengan la corrupción en estos procesos.

Fortalecer los sindicatos y asociaciones médicas: Los gremios médicos deben desempeñar un papel activo en la protección de los derechos de los profesionales de la salud. Esto incluye la vigilancia de las condiciones laborales, la defensa de los médicos ante despidos injustificados y la promoción de un entorno laboral ético y saludable.

Documentar y denunciar los abusos: Los médicos que sean víctimas de despidos arbitrarios o de sanciones injustas por haber hecho uso de su derecho al descanso deben documentar estos abusos y buscar apoyo legal y gremial. La documentación es clave para denunciar ante las instancias correspondientes y llevar estos casos a instancias legales si es necesario.

Conclusión

El personal médico, en especial aquellos que trabajan en áreas críticas, enfrenta una presión extrema que, en muchos casos, es mal gestionada por las autoridades. El respeto a los tiempos de descanso y la transparencia en las decisiones laborales son pilares fundamentales para garantizar la calidad del servicio de salud y el bienestar de los profesionales. Es hora de que el sistema de salud deje de castigar a quienes, en lugar de dormir en exceso, están salvando vidas, a menudo sacrificando su propio bienestar.

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