Un Sistema de Salud en Crisis
Reflexiones y Propuestas
El estado del sistema de salud pública en Ecuador es alarmante y refleja una crisis estructural que requiere atención urgente y soluciones integrales. A diario, miles de profesionales de la salud enfrentan desafíos insuperables que no solo afectan su capacidad para brindar atención de calidad, sino que también ponen en riesgo la vida de los pacientes. Este artículo pretende ofrecer un análisis crítico de la situación actual, sintetizar los principales problemas y proponer posibles soluciones.
Uno de los aspectos más preocupantes es el deterioro de los equipos de diagnóstico en los hospitales públicos. En unidades como el Hospital de los Ceibos del IESS, las máquinas de rayos X fijas y portátiles han dejado de funcionar. Las tomografías operan parcialmente y solo existe un resonador que ha sido utilizado de manera ininterrumpida durante siete años, excediendo ampliamente su vida útil. Esta falta de mantenimiento y renovación de equipos no solo limita la capacidad diagnóstica, sino que también retrasa los tratamientos y compromete la calidad del servicio.
La implementación del Decreto Ejecutivo 312, que estipula un plazo de 90 días para la operativización de todos los equipos de diagnóstico, se enfrenta a la rigidez de la Ley de Compras Públicas y a una administración marcada por la corrupción y la ineficiencia. La normativa vigente, diseñada supuestamente para garantizar la transparencia, en la práctica se ha convertido en un obstáculo burocrático que impide la rápida adquisición y renovación de equipos. Además, la falta de medidas claras y efectivas para cumplir con el decreto refleja una administración que opera en secreto y que, a menudo, se muestra inaccesible y autoritaria.
El problema no se limita a los equipos. La disponibilidad de medicamentos en los hospitales públicos es insuficiente. La falta de antibióticos y otros fármacos esenciales es una constante. Esta escasez se agrava por la crisis mundial de resistencia a los antibióticos y por guías de práctica clínica nacionales que no incluyen tratamientos de primera línea ampliamente reconocidos a nivel internacional. Los pacientes, en muchos casos, se ven obligados a adquirir medicamentos por fuera, si es que cuentan con los recursos necesarios, lo que incrementa la desigualdad en el acceso a la salud.
La gestión administrativa de los hospitales es otro punto de crítica. En muchos casos, los administradores son figuras distantes y poco transparentes. La falta de personal especializado y la sobrecarga de trabajo son problemas crónicos. Los profesionales de la salud se ven obligados a atender a un gran número de pacientes en tiempos reducidos, comprometiendo la calidad de la atención. Esta situación no solo afecta a los pacientes, sino que también deteriora la moral y la motivación del personal sanitario.
Para abordar esta crisis, es necesario un enfoque integral que abarque múltiples áreas. Primero, es imperativo reformar la Ley de Compras Públicas para permitir procesos de adquisición más ágiles y transparentes, sin comprometer la integridad y la calidad de los productos. Segundo, se debe establecer un sistema de adquisición y distribución centralizado de medicamentos que tenga en cuenta la demanda real y no solo las cifras oficiales. Este sistema debe garantizar que los medicamentos cuenten con estudios de bioequivalencia y biodisponibilidad antes y después de su ingreso al mercado.
Además, es crucial mejorar la gestión administrativa en los hospitales. Esto implica no solo mayor transparencia y accesibilidad, sino también una reestructuración que permita un enfoque más humano y menos burocrático. Los administradores deben estar en contacto con el personal sanitario y comprender sus necesidades y desafíos diarios. La contratación de más personal especializado y la reducción de la carga de trabajo también son medidas esenciales para mejorar la calidad de la atención.
En conclusión, el sistema de salud pública en Ecuador se encuentra en un estado crítico que requiere reformas profundas y coordinadas. La falta de equipos de diagnóstico funcionales, la escasez de medicamentos esenciales y la ineficiencia administrativa son problemas que deben abordarse de manera integral. Solo así podremos garantizar un sistema de salud que realmente sirva a todos los ciudadanos y que brinde la atención de calidad que merecen. La salud es un derecho fundamental, y es responsabilidad de todos trabajar para proteger y fortalecer este pilar de nuestra sociedad.